Un Imposible

Él ya pasó los 40, esta solo. Solo le quedan algunos recuerdos agradables de una juventud que pasó muy rápido y no supo aprovechar. Vive día a día sin ninguna emoción. Con su triste trabajo como profesor de música que debe enseñar a un montón de adolescente que no le prestan atención en sus clases, para luego cobrar un sueldo miserable. Sabe que ya nada nuevo va a tener en su vida.¿Qué clases de posibilidades tendría con ella? Ella, su alumna. Llena de juventud y con toda una vida por delante. Esa chica que se sienta al fondo del aula, que no habla con nadie y la única que parecía que realmente le prestaba atención a sus clases. Esa chica que parecía invisible para el resto, lo era todo para él.Cada vez que llegaba a su casa pensaba en ella. Pensaba en tenerla cerca y la miraría a los ojos como pocas veces se ha animado, y la besaría. Luego acariciaría su rostro hasta bajar sus manos a su cintura. Seguiría besando sus mejillas, sus ojos, su cuello. A continuación le iría desprendiendo los botones de la camisa hasta tocar sus firmes pechos, mientras la respiración de ambos se hace cada vez más fuerte. Sus manos acariciarían sus suaves muslos y que lentamente subirían su pollera hasta acercarse finalmente a ese añorado lugar donde quedarían unidos. De forma muy delicada ya se sentía dentro de ella, mientras escuchaba su fino gemido como una música celestial… Pero nada de eso ocurriría. Soñaba con eso cada minuto pero era un imposible.Se sentía como un asqueroso monstruo acechando a una inocente doncella.Solo debía conformarse con verla en el último pupitre de la sala. Al menos sabía que ella lo estaba mirando. Eso ya era suficiente para seguir viviendo.